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Acabas de terminar de comer y de repente te entran ganas de algo dulce. ¿O estás viendo la tele por la noche y no puedes prescindir de tu bolsa de patatas?⁠ ⁠¡Seguro que sabes de lo que hablamos!


Por lo general, en estos casos no se trata de hambre verdadera. En este artículo del blog obtendrás información sobre el origen de los ataques de hambre y los mejores consejos para prevenir y combatir eficazmente estos ataques de hambre.

Las causas del antojo


Detrás del antojo rara vez se esconde el hambre física. Porque el hambre natural se desarrolla lentamente y gradualmente. ¿Por qué entonces nuestro cuerpo nos señala que urgentemente necesita chocolate, comida rápida y compañía?⁠


Un factor importante es el nivel de azúcar en la sangre o su centro de control en el hipotálamo. Esta es una parte del cerebro donde, por ejemplo, se controla la liberación de hormonas. Si el nivel de azúcar en la sangre cae por debajo de lo normal, nuestro cerebro suena la alarma y envía este mensaje: ¡Quiero energía! En realidad, este es un buen sistema de emergencia para tiempos difíciles. Sin embargo, en la vida cotidiana, esto es un falso alarmismo, ya que la energía – sobre todo en forma de grasa corporal – está ampliamente disponible.


El antojo puede tener causas físicas, pero también psicológicas. Aquí hay algunos ejemplos:


1. Alimentación “incorrecta”

Una dieta unilateral, así como las dietas extremas, pueden llevar a una falta de nutrientes vitales (especialmente vitaminas y minerales). El cuerpo los exige con mucha fuerza – en forma de antojo.


Además, puede suceder que después de una comida con muchos carbohidratos simples (por ejemplo, del azúcar o harina blanca) el páncreas reaccione exageradamente y produzca demasiada insulina. El nivel de azúcar en la sangre luego baja demasiado, y el cuerpo vuelve a pedir energía. Si calmas “la necesidad” con azúcar rápido, esto provocará una montaña rusa de azúcar en la sangre. Un círculo vicioso.


A la larga, esto no solo puede ser un problema para la figura (¡la insulina es una hormona de almacenamiento de grasa!), sino también para la salud.


2. Beber poco

A menudo confundimos hambre y sed. El agua es la base de muchos procesos importantes en el cuerpo. Si no bebemos suficiente agua, todo se vuelve más difícil y el cuerpo no funciona correctamente. Esto también es válido para la pérdida de peso.


3. El poder del hábito

Muchos de nosotros recurrimos automáticamente a bocadillos poco saludables en momentos de aburrimiento, estrés y tristeza. No es sorprendente, ya que de niños a menudo recibimos un caramelo como consuelo. Esto se ha grabado en nuestro cerebro y nos hace inconscientemente hacer cosas que en realidad no queremos hacer.


4. Mal sueño

Si dormimos mal y además poco, esto puede afectar también nuestras hormonas. Estudios científicos han demostrado que esto a menudo se acompaña de un bajo nivel de leptina, que a su vez regula la sensación de saciedad.


En términos claros: si duermes mal, tienes más hambre. Sin un sueño de calidad, te falta la energía que el cuerpo necesita urgentemente para resistir el hambre “normal”.


5. Enfermedades

Las disfunciones de la tiroides, los intestinos, el hígado u otros órganos, así como del alma, pueden ser una causa más profunda. Si sientes que el antojo se presenta en ti de manera inusualmente frecuente y fuerte, habla de ello con tu médico. ¡Nada es más importante que tu salud!



Como ves, el antojo puede tener muy diversas causas. La buena noticia es: ¡no estás a su merced!

 


Los mejores consejos contra el antojo


Aquí vienen las mejores medidas inmediatas y consejos para prevenir y contrarrestar:


1. Bebe suficiente, ¡mínimo 2,5 l/día!

Un vaso de agua suele ayudar inmediatamente y también una taza de té (de menta) puede proporcionar un alivio rápido. ¡Lee también nuestra entrada en el blog!


2. ¡Prefiere los carbohidratos complejos!

El pan integral, la pasta integral o el arroz integral hacen que tu nivel de azúcar en la sangre suba de manera mucho más uniforme que los productos con mucho azúcar y harina blanca. Asegúrate de consumir principalmente fuentes de carbohidratos naturales. Estos incluyen, por ejemplo, avena, patatas y verduras. Una dieta rica en nutrientes con muchas vitaminas, oligoelementos y compuestos amargos previene el antojo.


3. ¡Come más proteínas!

Las proteínas son tu aliado en la lucha contra el antojo:


  • Un aumento en la ingesta de proteínas puede contener tus antojos.

  • Más proteínas pueden controlar tu apetito, especialmente por la noche.

  • Las proteínas te mantienen satisfecho por más tiempo.


4. ¡Practica la atención plena!

La atención plena puede ayudarte a interpretar correctamente las señales de tu cuerpo. A menudo, basta con detenerse un momento al primer rumorear del estómago y preguntarse: “¿Realmente tengo hambre o simplemente necesito un descanso? ¿O tal vez una buena conversación, un abrazo?” Así aprenderás a reconocer tus verdaderas necesidades.


5. ¡Crea un entorno de sueño relajado!

Dormir suficiente y bien es un excelente medio para prevenir el antojo. Puedes hacer esto para mejorar tu calidad del sueño:


  • Evita las comidas pesadas por la noche.

  • Deja tu móvil apartado al menos 30 minutos antes de acostarte.

  • Asegúrate de que la temperatura en el dormitorio sea agradable.


6. ¡Utiliza estrategias concretas en caso de necesidad!

¿Te da antojo después de comer? Haz que el cepillado de dientes sea un ritual de cierre.

¿Inconscientemente te sumerges en la caja de bocadillos? Regala tus provisiones a amigos. ¡Sé creativo!⁠


7. ¡Cambia tu enfoque y distrae!

El antojo tiene una componente psicológica especial. Si le das mucho espacio y te concentras en él, ¡normalmente empeorará! La clave es distraerse.


Prueba con un juego en tu smartphone. Un estudio ha demostrado que solo 3 minutos de Tetris en el smartphone disminuyen varios tipos de antojos, incluidos los antojos de comida.

 


El ayuno intermitente ayuda contra el antojo


Con el ayuno intermitente, no tienes que temer un hambre insoportable. Tu cuerpo se acostumbra a la transición en poco tiempo. Las pausas regulares entre comidas le dan un descanso a tu cuerpo: así los niveles de azúcar en sangre e insulina pueden normalizarse.


Aprendes a distinguir el verdadero hambre del antojo. Tienes menos hambre y te sacias más rápido. Soportar y controlar la sensación de hambre es una ventaja más. Así podrás disfrutar de tu ventana de comida de manera más consciente, sin prohibiciones.


 

Con el ayuno intermitente, vuelve a la sensación natural de hambre


Ves, el antojo puede tener causas muy diversas y variadas. Pero no tienes que conformarte si también te pasa.


Una dieta equilibrada combinada con suficiente sueño, atención plena y ayuno intermitente es una excelente estrategia para mantener bajo control los indeseables deseos de manera duradera.

 

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